sábado, octubre 24, 2009

Algo cambió después de las lluvias. El puerto ya no era el mismo y yo ya no me sentía bienvenida. Siempre supe que mi estancia aquí era temporal por lo que nunca terminé de acomodarme del todo. Hay un par de cajas guardadas en el closet listas para la siguiente mudanza.
Pero hasta que ese día llegara yo necesitaba una nueva visión de las cosas; un nuevo aire. Algo había que hacer, que cambiar.
Me hice de una maleta grande donde empaqué un par de miedo, una chamarra y mis expectativas y me fui uno días a casa de mi madre.
No imaginaba que esa maleta serían todas mis posesiones por los siguientes dos meses.
Como tantas veces la familia Corleone me hizo una propuesta repentina que no pude rechazar y así la que escribe se ha mudado temporalmente a Hermosillo.

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