Días de playa

La familia estaba bajo la palmera al centro del jardín. En una imagen muy conocida me encuentro a los mismos, un año más viejos y un poco más acalorados. En poco tiempo el hotel se va llenando de las 2 familias que llegan puntuales a la cita anual. Las ausencias se sintieron; ya fueran los tíos contructores y guitarreros, el primo cineasta, la prima arquitecta o la prima arqueóloga, dejaron un espacio vacío, una conversación pendiente y un brindis sin hacer.
Los grupos por edades dentro de la cuantiosa parentela se van volviendo más grandes y fuertes. Además de la sangre nos une la amistad, el amor, la unión y la complicidad.
Se que no estoy tan lejos de "casa" pero por diferentes motivos hemos estado muy solos en el puerto, así que la familia llega en el momento justo y en las cantidades adecuadas para que la que escribe se sienta parte de algo grande, de algo mejor.
Así van pasando las horas, entre tragos, historias nuevas y chistes viejos, música, guitarras, karaoke, baile, mar, abrazos y te quieros. De aquí saldrá unas cuantas historias que se repetirán en cuanta reunión se presente por unos años más. De aquí salieron planes para estar más juntos, más veces. De aquí salieron sueños, secretos, proyectos y nuevas amistades.
Confieso que por primera vez cuatro días no me fueron suficientes. Ojalá pudieran haberme dejado a un pariente o dos, al fin de cuentas somos tantos que debía haber suficientes para repartir.
Y aunque mi alma no tuvo suficiente mi cuerpo treintañero quedó completamente adolorido y agotado. Non the less, I wouldn´t change the pain or the exhaustion for one less dance, one less drink, one less jump to the sea or one less trip to the third floor.
Fueron cuatro días de vivir a pocos pasos unos de otros, de compartir nuestras pertenencias y nuestras vivencias. Fueron cuatro días donde ni el trabajo, ni las responsabilidades, ni los problemas nos pudieron encontrar.
Por hoy imaginaré que la familia está cerca y que la fiesta aun no termina. Mañana, mañana ya será otro día.