lunes, agosto 17, 2009

Oh, the shame

Teníamos una cita. El sábado por la tarde iríamos al evento en la playa de Sonora is safe. Nos vestimos de acuerdo a la ocasión, cargamos con cámara, la mini hielera y ganas de disfrutar de la música al lado de la playa. The RetroRockets tocaron las favoritas de lo Beatles y otros buenos covers de esa época, el lugar estaba lleno de los gringos más amables que se pueden encontrar, aunque la comida estaba bastante buena no podemos negar que los precios eran excesivos.
El mar tenía la temperatura exacta para caminar tomados de la mano con los pies dentro del agua mientras esperábamos que la música comenzara.
Disfrutáramos tranquilamente del evento, manteniendo una cordial interacción con el mesero que amablemente nos atendía, respetábamos el espacio de los demás y manteníamos un volumen adecuado en nuestras conversaciones para que el resto pudiera disfrutar de la banda de Boston.
De repente vemos pasar al prometido de una de mis mejores amigas a la que acaban de operar recientemente. Lo detuvimos para saludarlo y preguntar por mi amiga; estaban en los condominios de al lado con el resto de la familia de ella (papás, tíos, primos, sobrinos y alguno que otro agregado). Los invitamos a nuestra mesa y la conversación (ahora de 4) se animó.
El problema fue cuando el resto de la familia empezó a incorporarse a la mesa en la que de pronto nos encontrábamos más de 10. Insistieron en traer sus propias bebidas aun después de las 4 veces que el mesero se acercó a pedirles que no lo hiciera; obviamente y como en cualquier evento que se vendan bebidas no se permite ingresar con las propias.
Y no era solo que no obedecieran a tan lógica petición, era la prepotencia del primo que con descaro y ruidosamente desacataba cuanto orden social se cruzaba en su camino; así, además de las bebidas se sirvió de lo que encontró sin dejar siquiera para la propina.
Así y unos minutos antes de que el evento terminara nos pidieron que abandonáramos el lugar. ¡Qué vergüenza! Quizá me echaron de algún lugar en mis peores tiempos de adolecente rebelde pero ahora la situación es distinta. Soy muy respetuosa de los lugares, los trabajadores y asistentes de eventos a los que asisto, sea una función de cine, una cita en un café, un concierto o una conferencia. It´s just common courtesy.
Mi amiga y ahora su prometido tienen invitación permanente a mi casa y estando el condominio tan saturado hizo uso de tal invitación, pero le requirió de su ingenio y manipulación para deshacerse de los indeseables primos. Afotunadamente su astucia dio resultados y a las 11 pm ya nos habíamos librado de ellos y terminamos teniendo una agradable noche y un delicioso desayuno platicador al día siguiente.
Se han ido los friends in low places, espero que la próxima visita sea de 2 y solo de 2.

3 comentarios:

1st Mate dijo...

La Palapa Griega has been struggling to stay open during the summer despite dismal business, even on weekends. It's a popular place for us San Carlosians (hah!) and they need our patronage. We'd hate to see them go the way of other places that didn't survive. But it's an sticky situation, when it's an outdoor restaurant. What do you do, if you brought your cooler and you're invited to sit at a table with friends? Leave your cooler behind where it might get walked off with? Lug it back to the car? Just an awkward situation all the way around. I can sympathize. I hope to make it to the next event, maybe you will be there too, amiga.

Ale dijo...

El servicio fue bastante bueno. Hopefully they can stay in business. The thing with our friend´s cousin wasn´t that he didn´t have a place to leave the cooler. He didn´t have the cooler with him when he was ask to join us but he went and get it so he wouldn´t have to spend any more money on beer, besides, he was real loud and disrespectful. I was so embarrassed when we were ask to leave La Palapa when Ulisses and I weren´t doing anything wrong but to be at the same table of this rude guy.
I hope next time it´ll be better. So we´ll see you there!

1st Mate dijo...

Encontramos una manzana podrida en cada canasta. Maybe it was the beer that made him loud and disrespectful.