jueves, mayo 28, 2009

Nuevo... de nuevo

No quería ir. Es que últimamente parece que uso más la maleta que el closet. No me sabe a vacaciones; una hora y veinte en el carro tratando de encontrar algo en mi repertorio musical que no haya escuchado ya 3 mil veces, llegar a... bueno, a donde se pueda, a donde se descanse mejor.
No quería ir. No soy buena rindiendo cuentas. Pasé una semana estudiando y memorizando datos que, a pesar de conocer bien, temía olvidar al momento de la junta de consejo. Y si, en la junta me congelé, pelé los ojos y por más que busqué en mi normalmente sobresaturado cerebro, el muy maldito se había quedado en blanco.
Nos quedamos un día extra. Los exámenes médicos para sacar el seguro nos impidieron salir en la fecha planeada. Recordando que mi madre reía mientras me veía arrastrar la pesada maleta por sus escaleras mientras me decía -No sabes viajar ligera ¿no?- decidí cargar con un pequeño equipaje solo con la ropa justa para esos días.
En el fondo del que por muchos años fuera mi closet encontré una bolsa llena de recuerdos, de la ropa que creí perdida, de esperanza, del empujón que me estaba haciendo falta, de una nueva disciplina y hasta el fondo y bien acomodado un nuevo inicio.
Era un recordatorio que todos los días puedo volver a empezar. Esta es la nueva etapa de mi última nueva etapa.
Desde entonces las sorpresas parecen llegar por todos lados. He recibido un par de golpes, un par a mi orgullo, uno a mi autoestima y uno más a mi carro. Sin embargo por cada una me han llegado 3 o 4 buenas noticias más. La última, la llamada de Bliss y una invitación a nadar, a tomar limonada y a ponernos al día.
No puedo decidir los cambios a los que nos hemos visto sometidos, pero si puedo decidir como reaccionar ante ellos. Es momento de volver a ver claro,
Ahora camino con los ojos bien abiertos, invento, experimento, busco, curoseo (is that even a word?); no me quiero perder la próxima sorpresa agradable.

No hay comentarios: