lunes, mayo 18, 2009

Mario Benedetti

Te conocí en la playa, en un fin de semana. La hermosa vista se colaba por el balcón del segundo piso en la que me encontraba escondida. Todavía hacía un poco de frío por lo que le había quitado el zarape que adornaba el sillón para taparme. En mi mano llevaba una copa, la primera de Navarro Correas, a la que analizaba tratando de recordar como el vino debía moverse y dejar recuerdos de su llanto en las paredes que lo contenía.
En el estéreo, bajo el mueble de los discos acomodados en perfecto orden ya sonaba Serrat preguntándome que sería de mi lejos de casa.
Así, entre el sillón y el zarape, abrí el libro azul que por primera vez me traía tus palabras. y que en la tapa solo decía "Geografías" y tu nombre. Pensé en el tiempo que había perdido antes de encontrarte; pensé que tus palabras habían esperado a que estuviera así, en la playa, con un poco de frío, con la primera copa de mi primer vino, entre el sillón y el zarape, lejos de casa.
Gracias por placer de tu compañía en los años que me embarqué a la aventura de vivir sola. Hasta siempre, maestro.

...Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida. (Y que vida la suya) Mario Benedetti (1920-2009)

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