lunes, diciembre 08, 2008

Te lo digo Juan...

Uno de los nuevos "músculos" que estoy ejercitando es el de la discreción. He descubierto que "a nadie" no significa "bueno, nomas a uno". Podría quedar un par de veces como mentirosa por que al parecer la discreción no es el deporte favorito del país. En eso pensaba cuando la escuchaba del otro lado de la línea. Hemos sido amigas desde hace ya muchos años; nuestras llamadas duran un par de horas y cada vez retomamos la conversación en donde la dejamos. Hace tiempo me platica los problemas que tiene con su pareja, ese al que considerábamos amigo de los 2 miembros originales de esta familia. Por eso entendí cuando de nuevo se ilusionó con estos menesteres del romanticismo. Por su situación me explicó que no podía contarme abierta lo que pasaba y así lo entendí. Lo curioso de la situación es que estando en una posición tan delicada (como toda aquella que involucre a más de 2 en una relación) mi amiga, mi querida amiga y confidente parece no darse cuenta de la frecuencia con la que habla de ese hombre, uno que se le escapó de su pasado y parece tener una anécdota que encaja en cualquier conversación. Así nuestro querido John Doe es mencionado por mi despistada amiga cada vez que hablamos de un nuevo tema (es realmente polifacético este John Doe). Así que sin el mínimo remordimiento utilizo la tinta para matar dos pájaros de un tiro, primero para recomendarte amiga (y a los que piensan que son buenos para disimular) que tengan conciencia de la cantidad de veces que se puede mencionar a una persona en un solo día sin levantar sospechas y segunda para aclararle a quienes piensan que por falta de confianza no les he contado eso que tanto preguntan. Así que te lo digo Juan para que lo oigas Pedro.

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