lunes, noviembre 17, 2008


El día que nos visitaron la casa se llenó de voces y olor a comida casera. Aprendí que puedo hacer 4 platillos al mismo tiempo, que mi esposo se ha vuelto experto en planificar reuniones en casa, que sabe mejor la comida que se cocina para otros y que el tiempo se vuelve relativo cuando se trata de amistades. Así se nos pasaron 3 horas, como un suspiro, entre los gringos, la canadiense y los 2 norteños. El chuckles y la Bartola se dieron vuelo con los invitados que no les temían a sus largas uñas o su poco interés por respetar el espacio personal de los otros. Brincoteando de sillón en sillón encontraban brazos y caricias de sobra. Gracias por visitarnos. ¡Vuelvan pronto!