viernes, septiembre 04, 2009

Por fin se fue

El paso del Huracán Jimena por Guaymas fue más de lo que esperabamos, más de lo que se anunciaba y ciertamente más de lo que estabamos preparado.














No pensamos que fuera tan grave, después de despertarnos con algunas goteras y con los servicios que de repente se iban ya entrada la mañana las cosas empezaron a cambiar. Desde temprano el sistema de cable no funcionaba y tampoco se veía la televisión abierta. Las estaciones de radio batallaban para trasmitir por lo que desde muy temprano nos quedamos sin noticias. Ya para medio día no teníamos luz, luego nos enteraríamos que casi todo el puerto estaba sin ese servicio. Las líneas funcionaban, aunque no siempre, y en la tarde perdimos la señal en los celulares. La lluvia parecía caer de lado a lado y no de arriba a abajo, el viento se llevó las tapaderas de los dos tinacos que se encontraban en nuestro techo y en su afán de llevarse uno de ellos ha afectado la línea a la que se encontraba conectado.
Las goteras dentro de la casa empezaban a reproducirse y fortalecerse rápidamente. El viento azotaba las ventanas y las puertas, movía los objetos en el patio e insistía en intentar vencer a las palmeras de la cuadra. Esposo trabajaba para sacar el agua tan frecuentemente para que no tuviéramos daños permanentes en los muebles de la casa.
Solo la sala permanecía relativamente seca, así que sacamos una colchoneta, los aparatos eléctricos que deseábamos resguardar, abrimos la puerta de servicio que da a un pasillo techado para que entrara un poco de aire y muy temprano, antes de las 10pm hicimos los primeros intentos por dormir.
El calor, la humedad, los ruidos por el intenso viento y las incesantes goteras hicieron una pesada noche.
La lluvia no cesaba y pareciera no acabarse. No habíamos salido, no habíamos hablado con nadie, no teníamos noticias, estábamos solos, aislados; y la lluvia parecía no acabarse. Confieso que, aunque gracias a Dios no tenemos perdidas que lamentar, la desesperanza me acompañaba por momentos.
Al día siguiente cerca de medio día la lluvia empezaba a bajar su intensidad para volverse apenas en una llovizna. Todavía sin luz y sin servicio de celulares los vecinos empezábamos a juntarnos en la calle a intercambiar anécdotas. A la vecina de enfrente le había caído una ventana con todo y marco en el patio de su casa y aun desconocen su procedencia. A una cuadra una lámpara que se había caído destrozó el ventanal del oxxo. El Ley que queda solo a unas cuadras de aquí también perdió algunas ventanas y no pudo abrir hoy. A solo un par de cuadras de la oficina de gobierno donde llevamos todo nuestro trabajo el agua alcanzó mas de 2 metros de altura y cerca de ahí la iglesia principal perdió su cúpula. En la carretera la corriente arrastraba carros, 4 personas treparon a un árbol y 25 más se resguardaban en el techo de un camión de pasajeros. Los refugios se iban llenando y las casas de las colonias a las orillas se iban llenando de agua. Palmeras, postes, señalamientos y carteleras ahora están en el suelo. Los vehículos llenos de soldados se veían pasar por una de las avenidas principales. Hay calles desechas, puentes rotos, casas destruidas y solo una tienda abierta.
Por la tarde y como la mejor de las sorpresas llegaron los de la comisión a reconectarnos la luz. La gente salía a observar a los héroes con alegría. Al conectarlo en 3 casas la sobrecarga hizo algunos daños.
Una vez con luz las cosas rápidamente empezaron a normalizerse; la lluvia paró, a lo lejos se veían unos rayos de sol, el teléfono y el celular volvieron a funcionar al igual que el sistema de cable y las goteras comenzaban a dejar de tirar agua.
Así empezamos a tener los primeros síntomas de normalidad y la alegría en mi calle era de verdad contagiosa.
Jimena se ha ido. Hemos sido muy afortunados. Hay tantos en Guaymas que perdieron mucho, todo. Las calles que apenas se recuperaban del paso de Julio ahora están destrozadas. El puerto que hasta hace un par de días se había puesto tan lindo para atraer a los turistas. Esperemos que pronto el puerto vuelva a funcionar como siempre y que las familias que aquí viven tengan todo el apoyo que necesitan para rehacer sus vidas.

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