jueves, abril 16, 2009

Justo a tiempo

Estamos a unos días de cumplir un año en el puerto. Llegamos sin conocer a nadie. Para nosotros el puerto era solo el pequeño lugar al lado de la playa donde encontrábamos las tiendas, así que tampoco conocíamos sobre los buenos o malos lugares para vivir.
Cuando preguntamos varios coincidieron en las 3 colonias más tranquilas. Encontramos una casa en una de ellas. La casa era grande, el patio tenía varios árboles frutales. Nuestro perro parecía volar recorriendo de lado a lado tan grande espacio.
Es verdad, el sistema eléctrico era lamentable y los muebles setenteros más que retro eran casi inservibles. Pero nada grave en realidad. Bien podríamos haber sobrevivido al pequeño lavatrastes o a los multiconectores estratégicamente colocados.
Pero a los pocos días de habernos instalado los problemas a nuestro alrededor se descubrieron. La cuadra era corta y estaba en una cerrada. Lo cual hacía que mis 3 vecinos delincuentes nos hicieran sentir rodeados. Con uno de ellos en la casa de la esquina, otro enfrente y el último exactamente al lado de mi casa los infractores de delitos contra la salud también tenían la gracia de contar entre sus amistades a las "damas de la noche" practicantes del oficio más viejo del mundo, las cuales parecían solo saber palabras altisonantes y emitirlas en sonido estereofónico.
Pensamos sería suficiente mantenernos al margen y con un bajo perfil; ya sabe, live an let die, esto fue hasta que los vecinos después de unos meses parecían haber perdido su distancia. Se acercaban a saludar consumiendo su propia mercancía y tomaron el frente de nuestra casa como el lugar perfecto para estacionar su camión urbano. Aquello parecía estar preparando el terreno para algo más. Nuestro sexto sentido nos obligó a elegir nueva ubicación y cambiarnos en menos de dos días.
El cambio de casa estaba hecho, encontramos esta que tiene más luz y que está rodeada solo de familias y personas amables. Así que pronto nos olvidamos de aquellos vecinos. Eso fue hasta hoy cuando encontramos en las noticias de la semana pasada que las autoridades del puesto por fin habían tenido motivos, evidencias o ganas suficientes para arrestarlos a todos. En las 3 casas encontraron marihuana y metanfetaminas suficiente para ponerlos a todos tras las rejas.
La noticia nos llenó de alegría. Por fin la justicia parecía haberse puesto a trabajar. Le dimos gracias a Dios por habernos salido de ese lugar justo a tiempo, antes de la "corretiza" y deseamos que esta vez los cargos y las pruebas sean suficiente para dejarlos ahí una buena temporada.

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