Hoja en blanco

Me despierto y veo al pie de la cama un televisor de un plástico amarillento y perillas para cambiar de canal. El calor y la humedad hacían que la sabana azul con la que me cubría estuviera enredada en mis piernas. En lugar de mi colchón encontré una colchoneta. Algo raro estaba pasando. Me asomé por la ventana y la vista seguía igual. No encontré el teléfono por ningún lado y mi casa no era más que la recámara donde me encontraba. Dentro de la confusión solo permanecía un pensamiento claro; tengo que empezar de nuevo.
Este fragmento de mi sueño de anoche me hace pensar en esta nueva etapa. No son más de 3 las veces que debí iniciar de cero, en un nuevo camino. Pudiera pensar que es un retroceso y la verdad es que prácticamente puedo escuchar el ruido que hacen mis rodillas al golpearse entre ellas.
No puedo perder de vista el objetivo. Este proceso, de hacerlo correctamente, me llevaría a ser una persona más sana, más auténtica y feliz. A fin de cuentas... ¿Qué no es eso a lo que vine?