sábado, octubre 25, 2008

Cero y ya van... casi 2

De hoy en un mes cumpliremos 2 años de casados. Aunque suene trillado el tiempo se nos ha ido como el agua. Se puede decir que este matrimonio no ha sido del todo convencional. Los protagonistas de este pueden dividir su historia en 3 secuelas, en muy distintas circunstancias y con años de diferencia entre cada una. Esto ha hecho sumamente difícil llevar la cuenta de tiempo y fechas importantes. Así y casi sin hablarlo decidimos dejar pasar el montón de eventos trascendentes de la relación, los mesaniversarios, los años de conocernos para irnos directo al aniversario de bodas. Al haber cruzado solo uno de estos suena curioso escuchar que precisamente ese, el primero, decidimos festejarlo en la playa compartiendo habitación con 2 primas. Y es que meses antes habíamos ganado una estancia para 6 personas en un departamento en Puerto Peñasco y francamente nos parecía un desperdicio no ocupar las otras habitaciones. Nada romántico, lo se, pero ambos encontramos el gusto en compartir lo que tenemos, si además, vivimos solos el resto del año.
Para este la situación ha cambiado. Se han juntado una cantidad de "situaciones extraordinarias" que han hecho que nuestros caminos no apunten precisamente para el mismo lado. Así que como los novios que fuimos en la universidad, aprovechamos los momentos de compañía, de soledad, de la noche. Así que planeamos hace meses huir a la casa de María Félix en Álamos (Sonora), desafortunadamente se nos adelantó Lowell haciéndonos reconsiderar nuestra visita al pueblo mágico. Me quedaré con estos 30 días y una imaginación bien ejercitada para crear un nuevo e igualmente atractivo plan.
Todo esto me ha hecho pensar en la despistades de mi compañero de aventura, que dicho sea de paso es uno de eso defectos que aun encuentro adorables. Sin tener la referencia mensual de la fecha de nuestra boda bien le podría pasar desapercibida y aunque goza de una mente privilegiada para recordar fechas, números y datos extraños, la verdad es que normalmente no sabe en que día vive. A llegado incluso a confundir un sábado con un martes. Es por eso que me llamó la atención este curioso invento de alguna gringa con un marido olvidadizo. Esta sortija tiene (como casi todas) grabada la fecha de la boda en el interior; lo original es que por dentro le han incorporado un circuito que 24 horas antes del aniversario se calentará por 10 segundos hasta llegar a los ¡50 grados! repitiendo el proceso cada hora hasta el día señalado. Creo que con esta sortija no habría más maridos durmiendo en el coche después de olvidad el aniversario, estarán en casa, con un buen regalo, una sonrisa congelada y un dedo chamuscado.

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