martes, octubre 16, 2007

Noche de otoño

Me encuentro al interior de mi cerebro, sentada en el sillón azul que ve hacia las cajas que nunca desempaqué. Con mi taza grande de chocolate caliente en una mano y la otra sobre la computadora que me mantiene conectada al mundo exterior. Y observo detrás de mis ojos los caminos y giros que mis pies han seguido y me pregunto si estoy en el lugar correcto a la hora correcta.
Aquí adentro el clima siempre es frio y lluvioso y cada momento tiene música de fondo. Hay mucho espacio desperdiciado por esas cajas que no encuentro como vaciar. Encuentro de vez en cuando rincones acogedores los cuales me aprovecho al máximo. Todos los malos sueños se pierden debajo de las colchas.
Tengo un espacio reservado para los fantasmas (reales e imaginarios) guardado en el folder marcado con una etiqueta que lee “confidencial”.
En el fondo del ultimo cajón se empolva un sobre cerrado de esperanzas, los sueños que temo no se cumplan (o tal vez temo que se cumplan).
Aunque es un lugar solitario a veces siento la compañía de un buen amigo, de una buena película, de una buena canción o de un buen vino.
Este lugar está lleno de arte, de amor y dolor (quienes siempre van de la mano) de recuerdos pasados y futuros, de ausencias, de compañías, de música, de mucha música.
Es un lugar bastante cómodo y le he invitado a pasar, espero que tenga un buen espacio para acomodarse en el sillón azul y le agrade la música de fondo. Esta aventura esta tomando un buen rumbo así que beba algo, estírese y tenga los ojos bien abiertos. En cualquier momento la historia puede hablar sobre usted.

1 comentario:

Bienaventurada dijo...

Al parecer ya está hablando sobre mí.

Te diría que no soy de aquí ni allá, al estilo Cabral, pero la verdad es que sí soy de allá pero estoy acá.

Un saludo verde vertiginoso.