lunes, septiembre 24, 2007

El viernes que se volvio lunes

En este exhaustivo fin de semana en la expocasa conocimos una gama mágica mística musical de personas. (Citando “paranoia” de Javi G de L) donde además de ofrecer casas sin querer ofrecimos un diván de psicólogo muy al estilo Freudiano. Totales desconocidos nos platicaban de sus sueños, su situación familiar, económica, laboral. Nos contaban si se piensan casar, como se conocieron, donde han vivido, las esperanzas que depositan en nosotros.
Y yo en mi absoluta ignorancia no podía hacer más que escuchar y asentir. Pensando en la operación de mi padre, los gastos de la oficina, la meta de ventas del mes, el clutch de mi carro.
Fue un fin de semana agotador y un lunes que amaneció demasiado pronto. Y con el cansancio en los hombros, la vista cansada, el dolor de cabeza y doscientos pendientes veo a mi esposo recargado en la pared moviendo la cabeza de un lado a otro con la justificación de sentir lo acolchonado que se ha vuelto su abundante y muy rizado pelo largo, casi como si fuera un micrófono. Este ladrón de sonrisas me hace sentirme mas descansada que cualquier colchón ortopédico que mi (falta de)dinero pudiera comprar.

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