sábado, septiembre 29, 2007

De una canción

Las palabras que no son y son las que llegan, palabras sin sentido que se sienten como miedo o como frio. Un sifaruno que te recuerda el primer roce de su mano y la tuya. Un diridine que se dibuja en la primera mirada nerviosa, el nerune que describe los labios que no saben como llegar al primer beso. Y tan lejos de eso te guardas el recuerdo como una fotografía borrosa que hace mucho no veías. Y de repente te descubres soñando de nuevo, con los mismos deseos tontos de hace 7 años, cuando no había que pagar la renta o calcular impuestos. Cuando te ibas a Samborns a platicar sobre la taza de café rellenable y nada más en tus manos que aquel cigarro que servía para prender el siguiente. Y hablabas de cualquier tema como si los conocieras todos tratando de no descubrir tu absoluta ignorancia en el tema. Otra vez vuelves al salón de clases donde aquel muchacho de pelo rizado te dice que no es bueno contestarle a la maestra. Y con esta carta a ti misma se acaba este ciclo y empieza uno nuevo lleno de primeras veces, con mas experiencia y un poco menos de estupidez (aunque solo un poco) y lo miras a los ojos y esperas que el próximo abrazo sea de nuevo el primero. Entonces llegan de nuevo las letras que se hacen canción, esas que no dicen nada, que mueven tu centro a tu nariz donde descansa la mariposa “y sigue siendo tan pequeña mi canción”

3 comentarios:

Bienaventurada dijo...

Pues entonces, una canci�n que no dice nada, dice algo o todo.
:)
Me recordaste la primera vez que me sent� en un sal�n de Letras para ver Delicatessen, y un "cham�n" me dijo antes que nada que mi confianza era peligrosa. Despu�s fuimos a tomar caf� al samborns como si fuesen los �ltimos caf�s del mundo. La sobredosis de caf� me hizo pensar seriamente que pod�a absorber la vida de un �rbol sano palp�ndolo suavemente, y a la semana siguiente el mismo �rbol ya estaba seco.

Ale dijo...

Talvez la vida del arbol estaba buscando un alma viajera y bienaventurada para recorrer el mundo mas que quedarse a ver pasar el mundo amarrado al suelo.

Bienaventurada dijo...

oh!

:)