El fin de semana regresamos a ¿casa?. Ahora si nos sentimos de visita, reconociendo las construcciones que terminaron cuando nosotros estábamos en el puerto. Había mucho que hacer, mucha gente que ver y solo un par de días para hacerlo. Fuimos a la plaza Sendero; algo que seguramente no hubiéramos hecho de vivir allá, pero al no tener nada parecido aquí en el puerto me pareció aun mejor de lo que la recordaba. Pasamos 2 horas deambulando. Encontramos una tienda mayormente egipcia pero donde también se encuentran objetos típicos marroquí, chinos, rusos y franceses. Había una zona de comida donde encontramos una (cajún style) tan buena que aun la saboreo. Nos metimos a jugar a los videojuegos más caros del planeta ¡16 pesos por juego! Entramos al cine y salimos botados al darnos cuenta que Batman estaba doblada al español. En el pasillo hay unos sillones de esos que dan masajes mientras los niños corren del puesto de mini donas al de la princesa que te enseña a dibujar a Bob esponja.
Han sido un par de semanas difíciles para esta familia de tres y no se ve que vaya a mejorar mucho para ninguno, ni siquiera para el chuckles y su terrible miedo al abandono. Así que en esos 2 días tratamos (en lo que se pudo) volver a agarrar aire. Para mi esperaba que el cine que extraño tanto y que no hay en el puerto fuera ese lugar para perderme (to zoned out) pero la ineficiencia del cácaro me dejó por demás frustrada. Lo que si agradezco es la lluvia del domingo que como buena amiga llego para refrescarme y hacerme sentir acompañada y el tiempo en el sillón café con esas dos amigas que son amigas desde los primeros dos minutos de conocernos. Esas amigas con las que se anda emocionalmente "bichi" (y que conste que dije emocionalmente) y no se encuentra ni reproche ni juicio; si acaso un café, un abrazo y una historia.
Y en unos días la que escribe se armará de valor y de maletas para empezar un nuevo recorrido. Ojalá que haya tiempo para el sillón café, la tienda egipcia y el cine con un cácaro que esté atento.
Han sido un par de semanas difíciles para esta familia de tres y no se ve que vaya a mejorar mucho para ninguno, ni siquiera para el chuckles y su terrible miedo al abandono. Así que en esos 2 días tratamos (en lo que se pudo) volver a agarrar aire. Para mi esperaba que el cine que extraño tanto y que no hay en el puerto fuera ese lugar para perderme (to zoned out) pero la ineficiencia del cácaro me dejó por demás frustrada. Lo que si agradezco es la lluvia del domingo que como buena amiga llego para refrescarme y hacerme sentir acompañada y el tiempo en el sillón café con esas dos amigas que son amigas desde los primeros dos minutos de conocernos. Esas amigas con las que se anda emocionalmente "bichi" (y que conste que dije emocionalmente) y no se encuentra ni reproche ni juicio; si acaso un café, un abrazo y una historia.
Y en unos días la que escribe se armará de valor y de maletas para empezar un nuevo recorrido. Ojalá que haya tiempo para el sillón café, la tienda egipcia y el cine con un cácaro que esté atento.
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